Salí de casa con desgana. Desde luego, eso de madrugar no era lo mío, quién me mandaba a mí apuntarme a ese maldito cursillo.
Me disponía a bajar con el ascensor al garaje cuando, a toda prisa, apareció por la puerta un hombrecillo con bigote. Interpuse mi mano para que la puerta del ascensor no se cerrara y el hombre pudiera entrar.
Muchísimas gracias, yo voy al segundo sótano, dijo sonriendo. Introduje mi llave en el -2 y comenzamos a bajar. ¿Tú vas todavía más abajo? Sí, contesté, al -4. Mmmm, cerquita de los infiernos... dijo con mirada picaruela. La puerta se abrió en el segundo sótano. El hombre me miró y, sonriendo de forma extraña, dijo: Espero que tengas un buen día. La puerta se cerró.
Cuando salí del garaje con mi coche, el cielo se había despejado y había dejado de hacer ese fresquito incordioso. En el cursillo de Java, los ejercicios de programación me salieron bordados. En la Escuela Oficial de Idiomas no dimos clase, vimos una película. Decidí que era un buen día para salir de compras y, en efecto, todo un éxito al precio más óptimo.
Esta noche no sé qué me espera. Lo que sí espero es que mañana vuelva a encontrarme al susodicho sujeto de los infiernos porque, sin duda, tiene algún tipo de poder sobre el universo.
Me disponía a bajar con el ascensor al garaje cuando, a toda prisa, apareció por la puerta un hombrecillo con bigote. Interpuse mi mano para que la puerta del ascensor no se cerrara y el hombre pudiera entrar.
Muchísimas gracias, yo voy al segundo sótano, dijo sonriendo. Introduje mi llave en el -2 y comenzamos a bajar. ¿Tú vas todavía más abajo? Sí, contesté, al -4. Mmmm, cerquita de los infiernos... dijo con mirada picaruela. La puerta se abrió en el segundo sótano. El hombre me miró y, sonriendo de forma extraña, dijo: Espero que tengas un buen día. La puerta se cerró.
Cuando salí del garaje con mi coche, el cielo se había despejado y había dejado de hacer ese fresquito incordioso. En el cursillo de Java, los ejercicios de programación me salieron bordados. En la Escuela Oficial de Idiomas no dimos clase, vimos una película. Decidí que era un buen día para salir de compras y, en efecto, todo un éxito al precio más óptimo.
Esta noche no sé qué me espera. Lo que sí espero es que mañana vuelva a encontrarme al susodicho sujeto de los infiernos porque, sin duda, tiene algún tipo de poder sobre el universo.