Tuesday, June 20, 2006

Sunday, June 18, 2006

Mis artistas de hollywood

La otra noche estaba en la cama y pensé en la muerte. A veces pienso en mi muerte, lo cual me lleva a hacer un repaso rápido de lo que será mi vida hasta que sea vieja (o no tan vieja). Otra veces, divago acerca de cómo afrontaré la pérdida de mis padres, y no me resulta fácil, siento que no les habré hecho llegar de forma suficiente lo mucho que les quiero. Seguidamente, llego al 'nivel abuelos' y me planteo cómo la naturaleza siempre obra de una forma bastante curiosa y arbitraria (más bien con mala sombra) al establecer su selección de quién se va y quién se queda.

Mi yayo (siempre hemos llamado yayos a los abuelos maternos) murió cuando yo tenía 4 o 5 años. Apenas recuerdo cosas de él, pero hay ciertas personas en la vida de las que, por poco que hayas tenido contacto, te queda un recuerdo especial, y él es una de ellas. Su pelo negro, sus gafas de cristales ligeramente ahumados y sus recibimientos alegres y cariñosos son algunos de los recuerdos que todavía conservo. Una de sus ilusiones fue tener un chalet al que pudiéramos ir todos en verano. Invirtió muchas energías en él, y disfrutaba viendo cómo se iba haciendo realidad. Creo que yo ya nací cuando estaba terminado o casi. Yo me sentaba con él por las mañanas en las escaleras de una de las terrazas y almorzábamos un bocadillo de atún con olivas rellenas mientras nos daba el sol. La verdad es que no sé por qué he retenido esa imagen, supongo que para mí era importante (o lo sigue siendo). Desgraciadamente, también fue en el chalet donde la naturaleza nos privó de su compañía desmasiado temprano, aunque debido a mi corta edad no tengo recuerdo alguno de nada relacionado con su muerte.

Mi yaya era también era muy alegre, de carácter abierto y cariñoso, en fin, una yaya estupenda que me quería un montón. Durante mi niñez, iba a pasar algunos días en verano con ella y mi tío (su hijo soltero vivía con ella). Mis padres siempre iban a visitar a mi abuela/yaya/tío en fines de semana alternos y mientras mis hermanos y yo éramos pequeños íbamos también. A medida que nos hicimos mayores, preferimos quedarnos el fin de semana para estar con los amigos o porque teníamos cosas que hacer. Cuando tenía 15 años, fui uno de los fines de semana con mis padres y nos comimos una paella en casa de mi yaya. Un día de la semana siguiente ella también se marchó para siempre. Llamaron por teléfono durante la noche y se lo dijeron a mi madre, yo pensaba que había pasado algo, que estaría ingresada o algo así. Vi como mi madre lloraba y pregunté (los hijos somos muy inoportunos) y creo que mi hermana me dijo qué ocurría, así que también lloré. Me alegré de haber ido aquel fin de semana a verla y así poder 'despedirme'.

Siempre me han gustado las fotos antiguas, especialmente, esas de estudio en las que parece que seas un artista del cine de hollywood. No he podido ir a buscar las que yo quería, pero con los recursos de los que disponía he querido hacer mi homenaje particular a mis dos artistas de hollywood favoritos.




Un beso a los dos, estéis donde estéis.

Sunday, June 04, 2006

Asociaciones Sonoras

Nuestra vida es como una gran serie de ficción con banda sonora incluída. Cuando me levanto, siempre tengo en mente alguna canción que me acompaña en la ducha. Al salir de casa, suena algún éxito del momento en la televisión de la tienda de discos. Cuando me aproximo a mi garaje, escucho la melodía del violinista, acordeonista o guitarrista callejero. Y en el coche, simplemente enchufo la radio.

Todo el mundo asocia ciertas canciones a personas, momentos o pensamientos. Hay canciones como Man In The Mirror, Eternal Flame o Carrie que, a pesar de no estar relacionadas con ningún momento en particular, me evocan mi infancia.

Luego están las que yo llamo 'canciones de ventanilla' o 'canciones de viaje'. Son aquellas que escuchas en el coche o en el tren y te hacen pensar mientras miras por la ventanilla. Recuerdo los dos últimos tracks de la banda sonora de Gladiator, la oscuridad de los Pirineos iluminados sólo por los faros de un peugeot 206, el silencio de la noche y una sensación indescriptible.


Estos días estoy escuchando K's Choice. Conocí este grupo a través de una compañera de trabajo de mi estancia en prácticas veraniega. Nos enviaron a Toledo de 'viaje empresarial' con un coche de alquiler. Ella vive en Valencia y teníamos que salir pronto por la mañana hacia nuestro destino, así que me invitó a dormir en su casa.

Tampoco nos conocíamos demasiado, pero es una de esas personas con carácter abierto que conecta con la gente. Esa noche vino con su guitarra a la habitación donde yo estaba (un estudio lleno de pelis, discos y el ordenador) y me contó historias de su juventud a través de sus canciones; toda una demostración de sensibilidad. Al día siguiente, partimos rumbo a Toledo con el Opel Meriva escuchando varios cds. K's Choice era uno de ellos; es por eso que lo asocio a esta persona y a lo que me transmitió.

Con algunos tengo melodías, con otros cds enteros, espero que contigo pueda tener la banda sonora de una vida.